Viajar por vacaciones y conocer lugares nuevos es una sensación increíble que además enriquecen tu vida, generan experiencias y traen beneficios considerables.
1.- Mejora la salud. Viajar reduce el estrés y la ansiedad. Conocer paisajes diferentes es una buena oportunidad para desconectarte de la rutina y hacer cosas distintas. Esto generará una sensación de libertad y tranquilidad que reducirá significativamente todo ese estrés acumulado por el trabajo y elevará tu nivel de creatividad. Estudios indican que aquellos hombres que no viajan aumentan en un 30% el riesgo de sufrir un ataque cardiaco.
2.- Expandir conocimiento. El estar en contacto con otras culturas, idiomas y religiones trae consigo las ganas y la motivación para aprender nuevas cosas y para aventurarse en experimentar situaciones ajenas o lo cotidiano. El conocer otros paisajes y gente distinta te dará una mejor perspectiva del mundo y de la sociedad.
3.- Ser más tolerante. El estar en contacto con una realidad distinta a la que conoces y sobre todo experimentar vivencias con otras personas expandirá tus propios límites y te hará más tolerante, más abierto a experimentar y apreciar esas diferencias.
4.- Mejora la creatividad. Según una investigación de la Universidad Northwestern, al sumergirse en una cultura extranjera, uno aprende ideas y conceptos nuevos que aplicará en su vida al volver a casa, lo que generará una expansión de ideas y mayor creatividad.
5.- Conocer nuevos amigos. Es una gran oportunidad para expandir tu red social y conocer nuevas personas, diferentes, hacer conexiones que te duren para siempre
6.- Crea recuerdos importantes. Lo que las personas guardan en su memoria son situaciones únicas que generan valor. Los viajes producen ese tipo de recuerdos, experiencias diferentes que marcan tu vida. Es por ello que es fundamental sacarle todo el provecho posible a cada viaje. Experimentar cosas nuevas y explorar. Vivir la vida al máximo y disfrutar de las cosas simples.
Tal vez no todo salga como lo planeado pero lo importante es ser flexible, tolerante y no estar de mal humor sino disfrutar de cada momento, incluso de lo imprevisible. Cada viaje es una experiencia única y debemos aprovecharlo.