Elevemos Nuestro Rendimiento Y Establezcamos Metas

Incluso los deportistas de élite atraviesan por un momento de disminución en su rendimiento. No es humanamente posible rendir al 100% todos los días, año tras año. Cuando estaba en su mejor momento físico, el futbolista Leo Messi tuvo partidos muy decepcionantes con la selección argentina, lo mismo ocurrió con el tenista español Rafael Nadal a quien he visto perder contra rivales desconocidos y no fue por lesiones o sobrecarga muscular. Hace unos días Lewis Hamilton, el piloto más ganador de la Formula 1 con 7 títulos mundiales, cometió un error que lo dejó fuera de carrera al colisionar contra su propio compañero de equipo.

Entonces si ellos, excepcionales en sus campos, bajan su rendimiento por qué nosotros no nos podemos dar ese lujo?

Pues, porque en el caso de estos deportistas el bajón es una situación que ocurre muy esporádicamente y cuando pasa son titulares en los diarios y noticieros. Nosotros en cambio tenemos un rendimiento regular donde la regla del juego es el menor esfuerzo posible. Por qué debo terminar el reporte hoy si lo puedo entregar mañana, además ya hice planes para ir al cine más tarde. Eso no es mi responsabilidad, es trabajo de Sharon, ella lo tiene que resolver y si faltó por estar enferma es su problema no el mío. Por favor, por favor, que no me mire, que no me elija para hacerme cargo de ese proyecto, ya tengo mucho que hacer. Cuantas veces nos hemos identificado con una situación parecida? Muchas lamentablemente pero atrás debe quedar ese comportamiento de procrastinación, de medriocridad y de vivir rindiendo lo mínimo. Basta ya de ser como los demás, de quejarse de todo y de no asumir responsabilidad, es tiempo que elevemos lo que podemos dar para mejorar nuestro rendimiento, nuestra eficiencia y mostrar no solo a los demás sino sobre todo a nosotros mismos nuestra mejor versión. Convertirnos en los Hamilton y Nadales de nuestra industria.

Los empleadores esperan que los trabajadores sean productivos y estén dispuestos a mejorar constantemente. Por lo tanto, es esencial que encontremos maneras de mejorar el rendimiento y destacarnos en el trabajo.

Y qué podemos hacer para elevar el rendimiento?
Mucho pero aquí te dejo algunos tips que te pueden servir.

Establecer metas
La primera estrategia es establecer metas claras ya que es una forma efectiva de dar dirección y enfoque a tu trabajo diario. Fijar objetivos específicos, alcanzables y medibles, te permitirá tener un sentido de propósito y te ayudará a evaluar tu progreso. Además, al tener metas claras será más fácil priorizar tareas y mantener el enfoque en las actividades que realmente importan. Te permitirá medir tu progreso y evaluar si estás avanzando en la dirección correcta. Recuerda que debes ser específico en lo que quieres lograr. Por ejemplo, en lugar tener una meta genérica como “quiero ser más productivo”, fija una específica como “quiero aumentar mi producción en un 20% en el próximo trimestre”. De esta manera sabrás exactamente lo que quieres lograr y podrás medir tu progreso.

Hacer una planificación
La planificación es otra estrategia clave para mejorar el rendimiento profesional. Si se hace de forma adecuada te permitirá estructurar tu tiempo de manera eficiente, evitando el desperdicio de tiempo en actividades que no aportan valor. Al planificar, debes asignar tiempos específicos para realizar tareas, establecer objetivos diarios, semanales y mensuales, y hacer un seguimiento del progreso en la consecución de metas. Si hoy tienes que contactar a 10 clientes no te vayas a casa hasta que lo hayas hecho. No dejes tareas pendientes porque eso es acumulativo, y no sabes si mañana tendrás el tiempo de hacerlo, podría ocurrir un imprevisto y de pronto ya es fin de semana y no cumpliste ni con la mitad de lo planificado.

Organiza tu tiempo
Una vez que hayas planificado lo anterior, es clave organizar tu tiempo de manera efectiva para lograrlas. El manejo del tiempo es fundamental para lograr una productividad óptima. Para organizar tu tiempo, haz una lista de las tareas que debes realizar y prioriza las más importantes. Utiliza herramientas como calendarios, recordatorios y aplicaciones de productividad para que te sirvan de apoyo y asegurarte de cumplir los plazos. La gestión del tiempo te permite trabajar de manera más eficiente y aprovechar al máximo cada minuto. La técnica Pomodoro, que implica trabajar en bloques de tiempo de 25 minutos con descansos cortos entre cada bloque, es una opción muy usada aunque a mí personalmente no me funciona muy bien pero tengo colegas a hablan maravillas de este estilo de trabajo. Yo prefiero la técnica Eisenhower que implica priorizar las tareas en función de su importancia y urgencia porque al inicio de la jornada uno tiene más energía para lidiar con lo más complicado y delicado. Deja para el final de la jornada aquello que sea más fácil porque el cuerpo y la mente ya tiene menos energía y por lo tanto menos poder de concentración.

Prioriza la salud física y mental
El rendimiento profesional no solo depende de la productividad en el trabajo, sino sobre todo depende de la salud física y mental. Ser saludable es esencial para tener energía y motivación para trabajar. De la misma manera, el aspecto mental es fundamental para mantener el equilibrio emocional y reducir el estrés. Por lo tanto, es imperativo cuidar la alimentación, hacer ejercicio regularmente, dormir bien y reservar tiempo para actividades que generen placer. No tiene que ser algo costoso, puede ser ir al cine, tomar un café con un amigo o ver tu serie favorita. Hace un par de años, un colega called in sick. Gracias a las redes sociales ese día vimos fotos de él con un grupo de amigos en un estadio disfrutando de un partido de fútbol. Su jefe se enteró, lo reportó a recursos humanos y fue sancionado. Tampoco abuses y recuerda que este tiempo para tí no debe interferir con el horario de tu trabajo.

Buscar feedback y retroalimentación
Esto ayuda a identificar fortalezas y debilidades, así como a encontrar áreas de mejora. Es necesario estar abierto a las críticas constructivas y utilizarlas como una oportunidad para aprender y crecer. Al buscar feedback y retroalimentación, se puede mejorar el rendimiento y la calidad del trabajo, así como fortalecer las relaciones profesionales.

Trabajar en la mejora de habilidades
La mejora de habilidades es esencial para elevar el rendimiento. Tomar cursos de formación, leer artículos especializados, asistir a conferencias o seminarios, son algunas de las formas en las que se puede mejorar las habilidades en el campo de trabajo. Además, trabajar en habilidades blandas, como la comunicación, la colaboración y el liderazgo, puede ser una forma efectiva de destacarse.

Recuerda que al elevar el rendimiento mejoraremos la productividad de nuestro trabajo. Según un estudio de Gallup, los empleados altamente comprometidos son un 21% más productivos que aquellos con bajos niveles de compromiso y de acuerdo a un informe de Customer Contact Council, los empleados altamente comprometidos conducen a un aumento del 10% en la satisfacción del cliente. Comprometámosno a elevar nuestro rendimiento, mejoremos nuestros propios indicadores y en 4 meses pongámonos metas nuevas.